El Paraje Natural Municipal “Serra de Quatretonda” se extiende por la parte norte del término municipal de esta población. Desde el punto de vista geográfico pertenece al extremo norte oriental de la Serra Grossa, una cordillera de unos 60 Km de longitud que se extiende desde la población de la Font de la Figuera, al suroeste, hasta el pueblo de Pinet, al nordeste, y que hace de barrera natural entre las comarcas de la Costera, al vertiente norte, y la Vall d’Albaida, al vertiente sur. La superficie total del Paraje Natural es de 1676,284 ha y los terrenos son de titularidad municipal.
La altitud mediana se sitúa entre los 400 y 440 metros sobre el nivel del mar, llegando su máxima altitud en el denominado Alt de l’Hedra, de 672 metros de altitud.
Desde el punto de vista Geológico el Paraje se incluye dentro de la zona de interferencia entre el dominio Prebético y el Ibérico, caracterizada esta por una gran complejidad estructural, en la cual no aparecen alineaciones tectónicas definidas. La estructura que afecta la Serra es el sinclinal de Pinet, un pliegue de dirección NO-SE a N-S producido por dos grandes fallas normales.
L’Homenot del barranc de les Cucales
Los materiales que conforman la Serra pertenecen al Cretaci superior y de manera más puntual al Triàsic y al Miocé. Este predominio de materiales calcáreos ha permitido que se haya desarrollado uno de los carsts más importantes de las tierras valencianas, junto con toda la zona de Barx, Pinet y la Drova. Este carsts es rico en estructuras externas como poliés, uvales y dolinas, así como en estructuras subterráneas como la Cova de l’aigua y la Cova del Furó y simas como la conocida Avenc de Quatretonda, de 168 metros de recorrido.
Aunque la vegetación potencial de Paraje se corresponde con el carrascal termófilo litoral, actualmente no es posible encontrar esta formación en su estado original debido a la degradación sufrida como consecuencia de los reiterados incendios. En algunos enclaves, perduran recortes de este tipo de bosques, con un estrato arbóreo, más o menos dominado por carrascas codeado con el pino blanco y dónde entran especies arbustivas más propias de zonas abiertas, como el lentisco y el aladren. Se aprecian también amplias zonas de matorral formado por otras especies como el palmito, la coscoja o el junco negro, pero la formación más tendido actualmente, es el matorral de romero y brezo junto con otras especies, como por ejemplo, la pebrella. El pino rojo suele formar el estrato arbóreo de las zonas con suelos descarbonatados y arenosos donde también crecen comunidades arbustivas de gran interés. Finalmente hay que destacar que el Paraje alberga especies endémicas exclusivas del territorio valenciano e ibérico.
Debido a los numerosos ecosistemas existentes en el Paraje, la fauna atesora una gran riqueza y variedad. Así en las formaciones arbustivas de matorral y coscollar conviven anfibios como el sapo corredor, reptiles como la bívia o la serpiente verde y aves como el mimético saboc y la preciada perdiz. A los pinares y en las zonas donde el bosque climático de carrasca empieza a restablecerse, es fácil observar los tudons, tordos o el vistoso oriol, mientras que, ocultos en el espesor, el gamarús, el gato salvaje y la genenta esperan la llegada del crepúsculo. A los acantilados y las paredes rocosas de los barrancos anidan rapinyaires de interés como la emblemática águila de barriga blanca y el duque, mientras que a las numerosas cuevas hay colonias de quirópteros como la rata penada de herradura grande y la rata penada de cueva.
La Serra de Quatretonda, con su orografía abrupta, donde se alternan las lomas, los acantilados y los barrancos, constituye un entorno paisajístico de gran belleza y valor. Hay que añadir además el resultado de los procesos kársticos que han dado lugar a multitud de cuevas, simas, engullidores y dolinas. Elementos paisajísticos como el Buscarró, la Penya de la Mola, el Xim, los Escudelleres, el Castell de Quirella o el Flare del Barranc Fondo, constituyen hitos paisajísticos de referencia, tanto para los habitantes cómo para los visitantes de estas tierras.
Pino de l’Ermiteta
Alt de l’Hedra
La red hidrográfica está constituida por la Rambla y el Barranc de l’Escurçonera, de fondo pedregoso y casi siempre secos, y que drenan de sur a norte al río Barxeta. Hay que destacar también que a ambos lados de la Rambla hay toda una serie de Barrancos tributarios que también permanecen todo el año secos y que sólo canalizan agua durante los episodios de lluvias intensas. Los Barrancos de la vertiente derecha son: el Barranc Fondo, el Barranc de los Conills, el Barranc de los Còssins, el Barranc de l’Aigua, el Barranc de l’Avenc, el Barranc dels Mateus y el Barranc de las Ginestes, mientras que a la vertiente izquierda encontramos: el Barranc Negre, el Barranc de Catxopí, el Barranc del Relet y el Barranc del Collao.
Finalmente, en cuanto al elemento humano, hay que destacar las construcciones de sospedrades de piedra seca que aparecen profusamente por mucho lugares del Paraje como romanalla de antiguos cultivos de olivos y garroferos. Junto con estas sospedrades hay que mencionar también otras construcciones rurales como por ejemplo las casas de campo o las capilletas de piedra que servían para guarecerse del mal tiempo. Como construcciones más importantes encontramos la Casa del Barranc de l’aigua, actualmente derribada y la Casa de la Bastida.
Flare del barranc Fondo
Castell de Quirella